No sé qué es lo que tienes, Septiembre, para deprimir tanto a la gente. Tal vez sea que tus primeras semanas son las fechas fronterizas que separan el idilio del verano de nuestra caída inminente en el quehacer de las obligaciones; o quizás sea que el sol está de resaca postvacacional y se va a casa antes, por fin ha comprendido que Sempiterno no existe y que, a pesar de tener una plaza fija en las alturas, colisiona contra el suelo como el más común de los mortales, ha visto que las estaciones pasan, y que el verano es un amor pasajero que se baja antes de llegar a la última parada. No sé si será que el calor ha quemado todas las energías que …