Últimamente, siento que estoy en un momento de mi vida en el que no dejo de cruzarme una y otra vez conmigo misma, como si estuviera atrapada en una de las escaleras interminables del surrealista Escher. Subo y bajo sin sentido alguno, desubicándome cada vez más en direcciones que no terminan de llevarme a ninguna parte. Me veo proyectada en todos los niveles posibles, en un sinfín de yoes que imitan cada uno de mis gestos, que están repartidos en pasado, presente y futuro, repitiendo, haciendo o a punto de cometer los mismos errores en los que caí yo. Por más que huya, aquí y allá estoy, sin terminarme nunca de recorrer, sin dejar de verme mire al lugar que mire. No puedo evitar observar …