Lunes de sí quiero. De mojarnos haciendo y deshaciendo planes. Desmontando torres de arena y forjando castillos de acero. Noches para pasear descalzos en el tejado. Cerveza en mano. De bebernos a morro y de relamernos la espuma de los labios. Bailes improvisados, sin música en los zapatos. Suena la lluvia y los truenos golpean la caja rítmica, acelerando pulsaciones, improvisando respiraciones. Luces agonizantes que se apagan en la lejanía. Yo me voy con ellas. Tú te enciendes… Me enciendes. Y todo se ilumina, siguiendo la melodía de dos gatos extraviados, con agua en los zapatos. Todo encaja, sin forzar. Piezas del puzzle que vuelven a juntarse. Buscan una imagen, pero se quedan en lo abstracto. Intentan explicarse, pero se pierden en las palabras. No …