¿Hasta qué punto nos comprometemos a día de hoy? ¿Seríamos capaces de dar la vida a cambio de seguir nuestras propias convicciones? Quizás esto último es una actuación demasiado radical que habría que dejar relegada al ámbito de las tragedias griegas o shakesperianas, pero tampoco creo ir tan desencaminada al afirmar que en la actualidad nuestro nivel de compromiso, ya no solo con los demás, sino incluso con nosotros mismos, es muy escaso. Parece que a día de hoy con lo único que somos capaces de comprometernos es con mantener actualizado nuestro perfil de Instagram o Facebook para no perder, así, a nuestros queridos “followers”. Pero ¿qué hay de nosotros? ¿Qué hay de ese post que hace que seamos como somos? ¿Acaso le hemos dado …