No quiero escribir. Estas palabras me las arranca una intuición, un castigo, una promesa de amor que, como todas, juraré haberme olvidado de haber hecho. No quiero escribir, pero la escritura en sí misma se interpone entre las letras y mis dedos, me arrastra a desbordarme sobre el papel, abriéndome la herida una vez más para no acordarme de qué sangro, si esto que toma forma, existencia, es un coágulo, un óvulo o un poco de pus camuflada en rojo carmesí. No quiero escribir, pero aquí estoy, de vuelta al papel que me ha sido dado. Soy una adicta a su blancura, un horizonte nevado que se extiende ante mí para corromperlo con la suciedad de mis gestos. También soy adicta a las palabras que …
Autor: Mar Panzano
Solo soy
Solo soy Solo soy una mancha en la pared, una identidad sin rostro cuyo pensamiento está contenido en una forma incierta. Soy una sombra cuyos contornos están difuminados, que cambia con la luz del día, siempre en estado de continua persecución –¿quién caza a quién? ¿Quién será la próxima en desaparecer?–, del mismo modo que el humano corre tras el ideal. Soy una existencia sujeta al margen, clavada en el lienzo que cuelga en el abismo del mundo, que a veces piso cuando intento avanzar. Soy frontera, tierra hendida, abierta en canal. Mis entrañas se derraman sobre la mesa de disección, expongo a todos mi putrefacción –¿quién mató a quién? ¿Quién fue el primero en caer?– Soy leche vertida, hueso hecho polvo, brebaje de ilusiones …
¿No crees que tontería más tonta…?
¿No crees que tontería más tonta la de encontrarnos hoy aquí, sentados sin hacer nada pero haciéndolo todo a la vez? Conociéndonos, olvidando que ya no sabíamos de antes; con el mismo nudo que aprieta la tripa. Miento. Todavía más grande, porque ya sé qué es aquello que me espera si algún día me atrevo a cruzar tus fronteras. Vuelvo a mentir. No tengo ni puta idea. Y son las mismas ganas las que se me comen y me empujan a llamar a tu puerta. Qué tontos aquí sentados, en silencio y contándonoslo todo. Y cuanto más tiempo estoy aquí sentada, más me aterra saber de ti, de nuestras diferencias, de esas dos líneas que llevan una vida avanzando en paralelo, rozándose sin llegar nunca …
Alma encharcada
Alma encharcada Cómo decirte que cada vez me cuesta más todo, que el tiempo y este dolor que corre por mis venas me han vuelto más torpe y miedosa; que cada noche huyo de mi propia sombra solo por evitar cualquier tipo de compañía que se cuente con los dedos; que mis manos tiemblan por nada y que he olvidado cómo enhebrar la aguja que ata mi síno a este algo que no recuerdo cómo se llama. Cómo decirte que cada día estoy más lejos y que ya ni sé qué suelo piso, si esto es tierra o mar… A veces sueño con el océano, con su beso salado y la promesa que esconde su caricia violenta, la profundidad de su abrazo, el oscuro abismo …
Has olvidado que el amor va lento
Has olvidado que el Amor va lento. Que cala poco a poco, como la lluvia fina. No va de un día para otro. Eso es otra cosa. Capricho, deseo, cualquier emoción que se sacie de forma rápida y alimente nuestra impaciencia. Has olvidado que el Amor da calor, que no quema. Que lo único que quema es aquello que nos deshace la piel hasta convertir nuestros huesos en ceniza. Has querido entrar en combustión tan rápido que ni siquiera te dabas cuenta de que te metías en la pira incendiaria equivocada. Pasando de un extremo a otro. De ser hielo a ser fuego. Llamarada intensa que reluce aún con el azul del frío. Directamente quemaste tus abrigos y te paseaste desnuda, dejando lamerte desde dentro …
La caja de música
Cómo iba a saber yo que durante largo tiempo estuve bailando bajo los deseos de otros. Cómo iba a saber yo que lo que creí libertad era tan solo el reflejo del espejo de mi pequeña prisión. Cómo iba a saber yo que la celda en la que bailaba estaba en mi propio interior. Negarse a ser, a aceptarse tal y como uno es, tal vez sea ese el gran problema. ¿O lo es el miedo a la decepción y traición que esa liberación de nuestro yo-real puede causar en aquellos que creen conocernos? Pero, ¿cómo vas a conocerme si ni si quiera yo misma me conozco? ¿Cómo vas a saber cómo soy cuando vivo como un alma en constante cambio, en constante revolución, en …
Vuelo cautivo
Me aterra ser el pájaro que prefiere seguir viviendo en el eterno exilio del cielo, contemplando y conformándose con las sobras del paisaje que le rodea, sabiendo que puede volar y llegar alto, pero sin atreverse a desplegar las alas y alejarse del suelo. Siempre encerrado entre barrotes, en la jaula de un tiempo que él mismo se ha impuesto. Soñando siempre entre serrín y alpiste, picoteando lo poco que le llega y se cuela en su celda. Ha olvidado lo que se siente al rozar el viento, el revuelo de un plumaje que resplandece yendo a contracorriente, sin seguir ni el sentido ni la dirección de nadie, sin permitir que nada le cambie. ¡Qué bonito es mirar el cielo y sentir por un momento …
Me gusta leerte despacio…
Me gusta leerte despacio, como si cada palabra fuese la cuenta atrás de un nuevo comienzo. Contigo. Sin ti. Todavía no lo sé, pero quiero arriesgarme y lanzarme al vacío, al abismo que separa ahora mismo nuestros corazones confundidos. Tan extraños que dan vueltas entre sí, sin chocarse, queriéndolo hacer, sin atreverse a lanzarse, a salirse de órbita, mas allá del sistema en el que vivimos. Tan perdida que solo quiero perderme contigo y desaprender lo aprendido. Tan ausente que, de repente, te encuentro, un completo desconocido que me mira de frente y hace que las palabras vuelen, que cobren vida línea a línea sin que yo pueda detenerle. Tan inexperta que siento que vuelvo a empezar un juego que todavía no gané, del cual …
Tú me olvidas, yo te acepto
Acepto las cenizas de un rastro que tú intentas borrar, mientras beso las heridas que ya casi están por curar. Lucho cada mañana por sonreírle a tu recuerdo, por seguir sin pensar en ti, teniéndote en mí, alejándome de la hoguera que hiciste arder en este paisaje gris, que poco a poco recupera el color, las ganas de dejar de huir y empezar a vivir. Te libero mientras aprendo a cerrar estas cicatrices, las marcas de un pedazo de vida junto a ti, jugando a contar estrellas, a volar dejando(nos) todo atrás y seguir soñando con que vivimos en Nunca Jamás. Te olvido en cada poro de piel que marcaste con tus caricias, con tus uñas y saliva, con tu tacto homicida. Ahora solo me …
¿Olvidarme de ti? ¡Nunca!
Me hace gracia que la gente me diga que me olvide de ti, que ya has pasado, que lo nuestro ha terminado. Me hace gracia que la acción de olvidar a alguien que ha sido tan importante se resuma en palabras tan fáciles, tan sencillas de cumplir como una orden. Ojalá fuese así de simple, de verdad. Tal y como Kate Winslet y Jim Carrey tratan de hacer en Eternal Sunshine of the Spotless Mind, borrar al uno del otro de su vida, como si nunca hubiesen pasado por ella, como si nunca se hubieran conocido y hecho de ellos un nosotros, sin llegar en ningún momento a trastocar sus complejas y solitarias existencias. Aunque, si existiera esa máquina ¿realmente querría darle al botón de …