Me hace gracia que la gente me diga que me olvide de ti, que ya has pasado, que lo nuestro ha terminado. Me hace gracia que la acción de olvidar a alguien que ha sido tan importante se resuma en palabras tan fáciles, tan sencillas de cumplir como una orden. Ojalá fuese así de simple, de verdad. Tal y como Kate Winslet y Jim Carrey tratan de hacer en Eternal Sunshine of the Spotless Mind, borrar al uno del otro de su vida, como si nunca hubiesen pasado por ella, como si nunca se hubieran conocido y hecho de ellos un nosotros, sin llegar en ningún momento a trastocar sus complejas y solitarias existencias. Aunque, si existiera esa máquina ¿realmente querría darle al botón de …