Lo prometido es deuda y aquí os traigo mi segunda crítica de la Fiesta del Cine. Si el lunes tocó perdernos entre los hologramas de lo qué es o no real dentro del mundo de Blade Runner 2049, ahora habrá que prepararse para una sesión intensa de cardio con la espeluznante muñeca de Annabelle: Creation.

Advertencia para corazones sensibles: Si sufres de terror agudo, pesadillas sobrecogedoras o, simplemente, no te gustan los filmes de miedo porque eres un canguelo, olvídate de ir a al cine a ver una de las películas más aterradoras de este 2017.

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Martes 17 de octubre, 23:00 h.

<<Mar, ni se te ocurra comprar una entrada para ver esta película. Mar, que vas a tener miedo esta noche. Mar que luego tienes que volver a casa y va a estar todo oscuro. Mar, que a ti eso de las muñecas nunca te ha gustado. Mar…>>

 

Cuánta razón suele tener siempre nuestro subconsciente y qué poco caso le hacemos al pobre. Ni os imagináis cuántos problemas innecesarios nos ahorraríamos solo por escuchar a esa vocecilla de Pepito Grillo que retumba en nuestras cabezas (aguándonos la fiesta) preocupándose por nosotros. Y cuánto nos puede ese sentimiento sadomasoquista de sufrir por sufrir, de ir a ver una película siendo conscientes de que vamos a pasar un mal rato con cada escena de tensión prolongada en un largo silencio en el que no pasa nada, previo al susto inminente.

Tenía mis dudas de si hacer o no esta crítica. No porque me haya gustado más o menos la película. Básicamente, porque no sé si voy a tener opinión suficiente para escribir aunque sea un par de líneas sobre ella, ya que me pase la mayor parte del tiempo con la cabeza enterrada entre mis piernas.

 

ARGUMENTO

Esta película de terror sobrenatural dirigida por David F. Sandberg, forma parte ya de la cuarta entrega de la franquicia de Expediente Warren – The Conjuring (2013), Annabelle (2014), El caso Enfield (2016) – y es la precuela de su antecesora Annabelle (2014).

Con esta nueva historia podemos conocer los orígenes de la espeluznante muñeca Annabelle. Concretamente, se centra en un fabricante de muñecas (LaPlagia) y su esposa (Miranda Otto), los cuales – tras perder trágicamente a su hija – deciden acoger, veinte años después, a un grupo de niñas y a una monja (Stephanie Sigman) con el fin de convertir su casa en un orfanato. Pero cuando una de las creaciones del fabricante, Annabelle, pone su mirada en las nuevas inquilinas, una tormenta de terror se desata en la casa.

 

OPINIÓN

Bajo la producción de uno de los maestros del cine de miedo, James Wan (Expediente Warren, Insidious, Saw), esta película deja bastante que desear, teniendo en cuenta la trayectoria de sus antecesoras.

Desde los primeros frames, la película arranca con bastante fuerza, sin dejarte casi ningún respiro para recuperarte del susto. La presencia del demonio que posee a Annabelle es muy fuerte desde los primeros minutos, saltándose un poco esa regla de las películas sobrenaturales en la que la fuerza del ser del más allá va en aumento conforme la película avanza. Se supone que la muñeca lleva inactiva 20 años y, sin embargo, desde que las niñas llegan, empiezan a acosarlas con bastante facilidad.

Tomando como base un argumento bastante pobre, Annabelle: Creation se nutre de situaciones de miedo donde las escenas prolongadas de tensión son sobreexplotadas – a través de primeros planos, momentos de silencio demasiado largos con sobresaltos de la banda sonora, la pasividad de los personajes ante el peligro inminente, etc. –, y donde la inocencia, la curiosidad y la debilidad de la niñas juega un papel importante para intensificar la impotencia – o desesperación – del espectador.

Lo que más absurdo me pareció de la película y que todavía no llego a asimilar del todo es cómo los padres de la niña, sabiendo el poder que llegó a tener la muñeca en su momento, no se dan cuenta de todo lo que está ocurriendo en la casa o, al menos, no llegan a sospechar de que algo extraño está pasando. Lo más gracioso es cuando el padre se entera de que la niña tullida se ha metido en la habitación de la hija fallecida – después de todo el jaleo que se arma – y ha liberado a Annabelle, habiendo pasado ya más de una hora de película. Otra de las cosas que no llegué a entender es, como siendo las niñas, estas no dicen nada en ningún momento, como si la presencia de ese ser fuese un miembro más de la casa. ¡Madre mía, si llego a estar yo en esa casa me voy de ella nada más ver a la muñeca! En serio, ¿a qué niño le puede gustar una muñeca así?

Sin embargo, como punto a favor, me gustó mucho la manera que tiene de enlazar la historia de este filme con su antecesora Annabelle (2014). Además, la aparición de la monja que sale en Expediente Warren: El caso Enfield (2016) coge por sorpresa al espectador. ¿Tendrá que ver este cameo con que en 2018 vayan a estrenar una película totalmente dedicada a ella?

 

ESCENA CON LA QUE PEOR LO PASÉ

Como he dicho al principio del post, me pasé casi toda la película con los ojos cerrados y no me enteré de mucho, pero aún así, de entre todas las escenas de miedo, con la que peor lo pasé sin duda fue con la del elevador.

Y a vosotros, ¿qué escena de la película os dio más miedo?