El gato que murió por culpa de la curiosidad
Maldigo tus besos, cada palmo de mi piel que rozaste con tus labios, qué hiciste tuya con tus manos. Maldigo tus manos sobre mis mejillas, tan cálidas. Tus palabras dulces, sin mentiras ni promesas, pero dulces y tuyas, justo con el gancho perfect...